El hombre rico, Un llamado a renunciar

Texto: Lucas 18:22

Introducción.
Según Josue capitulo 1, el más grande líder del pueblo de Israel llamado Moisés había muerto.
Ahora su siervo Josue y todo el pueblo están hundidos en la tristeza y en la desesperanza.
Habían fracasado en llegar a la tierra prometida. Hasta ese momento el futuro era incierto. No había ánimo ni ilusiones. Pero Dios no dejaría solo a su pueblo. Llamó al joven Josue a que dirigiera al pueblo de Israel. La tarea era grande y se necesitaba de mucha valentía y de un gran esfuerzo. Por es o Dios le dice que su presencia estaría con el. Dios le dice a Josue tres veces  que se esfuerce y que sea valiente. (Josue 1:6-7,9) Dios esta llamando Josue a no rendirse, a seguir adelante a la meta que se habían propuesto y así lo hicieron y lo lograron. La historia del joven rico también es un llamado. Pero no a continuar, no ha seguir adelante, es un llamado a la renuncia, es un llamado a renunciar.
Definición de renunciar = “Hacer dejación voluntaria, dimisión o apartamiento de algo que se tiene, o se puede tener. Desistir de algún empeño o proyecto. Privarse o prescindir de algo o de alguien” (Dicc. De la Real Academia Española) Aquí significa, poner las cosas en orden. Darles el lugar que les corresponden en la lista de prioridades. Teniendo esto en mente desarrollaremos esta lección.
 
I). A lo que eres.
A. Hablando de tu edad. (Joven, adulto, adulto mayor) El era un joven.
Después de la escena hermosa de Jesús con los niños, un hombre se anima y se cerca para hacerle una pregunta. Mateo lo llama “joven” (Mateo 19:20) y se ve por la energía que demuestra. Marcos dice que vino corriendo e hinco la rodilla delante de él. (Marcos 10:17) Su potencial era enorme  como para que tomara parte entre el discipulado de Jesús. De seguro era un joven apuesto como todos los jóvenes. Pero a diferencia de muchos, su edad no le impidió para acercarse a Jesús.
La edad nunca debe ser un impedimento para ser discípulo de Cristo. Nunca es demasiado temprano o demasiado tarde para ser cristiano. A veces algunos jóvenes dicen que se les debe predicar a los viejos que están más cerca de encontrarse con Dios. Y a veces algunos adultos dicen que hay que predicarles a los jóvenes por ellos lo necesitan mas por lo desordenados que son. Total, cada quien se avienta la pelotita. Sin embargo, la Biblia le dice al joven: “Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud” (Eclesiastés 12:1) Y Jesús invita a Nicodemo a nacer de nuevo. Y Nicodemo se pregunta si eso era posible siendo que era un hombre viejo. (Juan 3:3-5) Jesús le dijo que si. Que le era necesario nacer del agua y del Espíritu. Todos pueden ser parte de la gente Jesús. No debemos Suponer excusa nuestra edad para seguir a Jesús. A cualquier edad somos útiles a Jesucristo. A cualquier edad podemos hacer algo bueno por la gente que nos rodea.
B. Hablando de tu solvencia. El era Rico.
No sabemos como es que se hizo rico este hombre. Quizás era hijo de papi. Es decir, un Junior. Alguien que derrochaba el dinero de su papa. O quizás tuvo la capacidad para realizar buenos negocios que le dejaron buenas ganancias hasta hacerse rico. O quizás el hecho que haya preguntado, “¿qué haré para heredar la vida eterna?” (Lucas 18:18) indique que quería heredar la vida eterna de la misma manera que había heredado lo que tenia. Mateo dice que “Tenia muchas posesiones” (Mateo 19:22), y Lucas dice que “era muy rico” (Lucas 18:23). Desde el punto de vista humano podíamos decir que no le faltaba nada. Se podía decir que tenía su futuro asegurado. Pero lo cierto es que no lo tenia es por eso que pregunta sobre como hacerle para tener la vida eterna.
Quizás tú no seas rico como este hombre, pero quizás seas un hombre solvente. Y te crees inteligente y con la capacidad de ganarte de la vida por tus propios medios. Un hombre que si bien no eres rico no le pides nada a nadie. Pero la realidad no importa que tan prospera sea una persona tiene que poner todo eso en segundo lugar. Tiene que renunciar a su ego para convertirse en discípulo de Cristo para entrar a la vida eterna. Hay personas que ellos mismo son sus dioses. Se quieren, se admiran tanto. Tienen un mas alto concepto de si que el que deben tener (Romanos 12:2-3) como dice la cancioncita: “Que lindo soy, que bonito soy, como me quiero aa, aa. Sin mi me muero aa, aa, jamás me podré olvidar” Pablo dijo: “el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal”. (Filipenses 3:18-19) Jesús dijo: “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame”. (Mateo 16:24)
C. Hablando de tus logros. El era Principal.
El evangelista Lucas dice que este hombre era un “principal” (Lucas 18:18). No podemos saber con exactitud si era principal de un sinagoga judía o si era un principal miembro del gran sanedrín judío.
Lo cierto es que trabajaba como líder en asuntos políticos religiosos del pueblo judío. Era una figura pública ampliamente conocido y respetado. Tenía gran poder y también responsabilidades. Tenia uno de los títulos mas envidiados de la comunidad judía, la de príncipe. Como comúnmente se dice,
“a este hombre no le dolía nada” tenían juventud, dinero y poder.
Sin embargo estas cosas son secundarias porque la juventud no es eterna. “Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro y a veces lloro sin querer...” (Canción de otoño en primavera de Rubén Darío) El dinero, no nos lo vamos a llevar cuando muramos. El poder, no se compara al omnipotente poder de Dios. Así que tus logros, tus títulos en este mundo no garantizaran tu vida a lado del Señor. Las más importantes responsabilidades terrenales son menos importantes que seguir a Cristo por el camino del discipulado. Conozco a alguien que dejo ir la iglesia porque quería ser gerente de la empresa en la que trabajaba y para lograrlo tenia que trabajar los domingos. Otro que quería llegar a ser jefe de guardias y para lograrlo tenía que dejar de ir a la iglesia los domingos.
Pero Pablo nos da un buen ejemplo de esto: “Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;  en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.  Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.  Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe” (Filipenses 3:3-9)
II). A lo que piensas.
A. Sobre como entrar al cielo.
Este hombre joven tenía un concepto equivocado de cómo se entrar al cielo. Lo sabemos por la forma de preguntarle a Jesús. Según Mateo la pregunta fue hecha así: “Maestro bueno, ¿qué bien haré para tener la vida eterna?” (Mateo 19:16) La pregunta se entiende en términos de obras. Creía que la salvación era por obras. Como diciendo, “¿Cuántas obras benéficas tengo que hacer para ganarme el cielo?” Como si la vida eterna fuera un bien comerciable y canjeable por dinero. Y recibe una respuesta desconcertante: “no debes pagar nada, debes dejarlo todo” La vida eterna se gana con un corazón libre y nadie puede hacerlo mientras esté atado por bienes materiales en lucha contra el espíritu. En vez de buscar un nuevo mandamiento que cumplir o una buena obra que realizar, este joven necesitaba someterse humildemente al señorío de Cristo.
Muchas personas piensan lo mismo hoy. Que la entrada en el cielo se consigue con las obras.
Piensan que Dios tiene una lista donde esta apuntando cada buena obra que se esta haciendo, ya que estas son el camino para alcanzar la vida eterna. Otros dicen que cada buena obra es como un escalón para el cielo. Sin embargo hay cosas que el dinero no puede comprar ni el esfuerzo humano puede conseguir. El pensamiento dice:
El dinero puede comprar medicinas, pero no la salud.
El dinero puede comprar una casa, pero no un hogar.
El dinero puede comprar compañía, pero no amigos.
El dinero puede comprar diversión, pero no felicidad.
El dinero puede comprar comida, pero no apetito.
El dinero puede comprar una cama, pero no el sueño.
El dinero puede comprar un crucifico, pero no un salvador.
El dinero puede comprar una vida holgada, pero no la vida eterna.
La vida eterna se obtiene por la fe en Jesús. Pero una fe que te lleve a convertirte en su discípulo. Es por eso que Jesús estaba invitando a este hombre y es la razón que Jesús lo invita a usted. Pablo escribió: “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:4-5) Pero para que usted acepte las enseñanzas de Jesús necesita primero renunciar sus concepciones de cómo entrar al cielo.
B. Sobre tu condición espiritual.
Ante la pregunta “¿qué bien haré para tener la vida eterna?” Jesús le contesto, “guarda los mandamientos” (Mateo 19:16-17) “No matarás. No adulterarás. No hurtarás. No dirás falso testimonio. Honra a tu padre y a tu madre; y, Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mateo 19:18-19) Con estos mandamientos citados por Jesús en realidad lo que Jesús le esta preguntando es: ¿Cuál era su actitud para con sus semejantes y para con sus padres?; es decir, cómo eran sus relaciones interpersonales” Porque “El que no ama a su hermano a quien ha visto no puede amar a Dios a quien no ha visto” (1 Juan. 4:20). El hombre respondió con toda seguridad y sin temor a equivocarse: “Todo esto lo he guardado desde mi juventud” (Lucas 18:21) Es decir, que ha sido un israelita practicante desde muy joven. Y hasta pregunto, “¿Qué mas me falta?” (Mateo 19:20) El hombre estaba seguro de haber cumplido los mandamientos según su propia opinión. Y ahora anda
preguntándole a los rabinos si le faltaba algo más que cumplir. Nadie había podido guardar la ley, (Romanos 3:23) solo Jesús. Pero este hombre dice que no ha faltado a ninguna. Una de dos, o esta mintiendo o no entendía la seriedad de la ley. Tal vez era sincero pero estaba equivocado. Era sinceramente religioso pero equivocado.
Hay muchas personas que creen, según su propia opinión, según su propio parecer, que están bien delante de Dios porque no hacen nada malo. Isaías dijo: “¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismos!” (Isaías 5:21) La sociedad en la que vivimos nos enseña que la buena moral es no hacer cosas malas. Sin embargo Jesucristo nos  enseña que no solo se trata de no hacer cosas malas, sino también de hacer cosas buenas. Jesús nos esta mandando con esta historia a que nos quitemos esa mascara de buena moralidad y decidamos darnos nosotros mismos y lo que tenemos a Jesucristo y a los demás. “Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. (Lucas 18:22) Si piensas que se puede conseguir la vida eterna de lejecitos, estas equivocado. “Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña” (Gálatas 6:3)
 
III). A lo que tienes.
La Biblia solo nos dice que este hombre “Tenia muchas posesiones” (Mateo 19:22). No dice cuales ni dice cuantas. Sin embargo, cuando vemos los demás ricos del Nuevo Testamento nos damos una idea de lo que este hombre tenía.
A. Tenía tierras.
Como los ricos de Santiago 5:4 “He aquí, clama el jornal de los obreros que han cosechado vuestras tierras, el cual por engaño no les ha sido pagado por vosotros; y los clamores de los que habían segado han entrado en los oídos del Señor de los ejércitos”. Normalmente los ricos en el tiempo de Jesús eran agricultores, ganaderos o comerciantes. De estas fuentes de trabajo adquirían sus riquezas. Tenían muchos obreros que sembraban, cosechaban y almacenaban los granos en los grandes graneros de los ricos. (Lucas 12:16-21) Pero Jesús le esta diciendo que renuncie a todo: “vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres” (Lucas 18:22) El “vende” y el “da” era la manera de asegurar que el hombre no se volvería hacerse de ésas cosas.
Esto representa su trabajo, la fuente de sus ganancias. A veces para ser cristiano tiene uno que renunciar a su trabajo, a las promociones para un mejor empleo si eso afecta tu relación con Dios.
Como Mateo (Levi) que era cobrador de impuestos. Ganaba mucho dinero. Pero tuvo que dejarlo cuando Jesús lo llamo. No podía seguir trabajando en un sistema completamente corrompido. (Lucas 5:27-28) Pablo escribió: “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres,  enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente” (Tito 2:11-12) Para obtener la vida eterna hay que renunciar aquellas cosas que nos están estorbando para avanzar hacia esa meta.
B. Tenía casa.
Como el rico de Lucas 16:19-20 a cuyas puertas se sentaba aquel mendigo llamado Lázaro. La gente adinerada normalmente invertía su dinero haciéndose de grandes haciendas. Con sus piedras labradas. Y solo las mejores telas para las cortinas y camas.
Esto representa la comodidad. Hay quien no quiere salir de la comodidad de su casa para asistir a la iglesia. Hay que renunciar a la comodidad para obtener la vida eterna. Jesús dejo reflexionando a un hombre que le dijo: “Señor, te seguiré adondequiera que vayas.  Y le dijo Jesús: Las zorras tienen guaridas, y las aves de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza” (Lucas 9:57-58) Jesús quiere que sepas que la vida eterna esta asegurada con El. Pero que aquí no tiene la intención de darte comodidad. Porque entre mas cómodos estemos en esta tierra menos nos queremos ir de aquí. Jesús quiere que anhelemos la patria celestial.
C. Tenía buena ropa.
Como el rico de Lucas 16 “que se vestía de púrpura y de lino fino” (Lucas 16:19) Solo las mejores telas. Solo de las mejores marcas y solo de los mejores diseñadores. Jamás iba a las ofertas. Jamás ropa usada. Solo los mejores hilos, botones y demás adornos eran escogidos para ocupar en las prendas de vestir de los ricos. Sus guardas ropas estaban llenos y hasta se apolillaban porque no alcanzaba a ponérselos todos de tantos que eran. (Santiago 5:2) Pero ahora tenia que renunciar a eso. Y aprender a usar ropa usada. Usar la ropa de los pobres. Usar el mismo tipo de ropa que Jesús usaba.
Ahora hay muchos que si no usan ropa de marca no están contentos. Están mas interesados en su apariencia exterior que en la interior. Es más importante su vanidad que su espiritualidad. Pedro escribió algo a las mujeres pero que también se puede aplicar a los hombres. Porque ahora hay
muchos hombre metro sexuales. “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos,  sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios”. (1 Pedro 3:3-4) Así que hay que renunciar a la vanidad, al deseo de querer impresionar a los demás. Los hombres ven tu exterior pero Dios ve tu interior. Pero a Dios hay que agradar.
D. Tenía amigos.
Como Cornelio que cuando Pedro llego verlo invito a sus amigos y compañeros de trabajo. (Hechos 10:24) Normalmente cuando hay dinero no faltan los amigos, conocidos y parientes. Como dijo Salomón: “El pobre es odioso aun a su amigo; Pero muchos son los que aman al rico”. (Proverbios
14:20) Pero a veces hay ciertos amigos en lugar de bien nos hacen mal. De los cuales debemos apartarnos. El proverbio dice: “El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios será quebrantado” (Proverbios 13:20) O como dice Pablo: “No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres” (1 Corintios 15:33) Jesús dijo: “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo”. (Lucas 14:33) Es decir, no puede ser cristiano, no puede alcanzar la vida eterna, no puede estar en buenos términos conmigo.
 
Conclusión
Hemos visto que Jesús esta invitando a la renuncia de lo que eres, de lo que piensas y de lo que tienes. Quizás piensas que es mucho lo que Jesús pide. Sin embargo, Jesús solo te pide que dejes a un lado aquello que es tu talón de Aquiles. Aquello que esta siendo un impedimento para obtener la vida eterna, para ser su discípulo. La manifestación de tu renuncia es que vengas y aceptes a Cristo.

Te invito y que Dios te bendiga.

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